
Nobel en Quimica 1995 Mario J. Molina
Por descubrir "El talón de aquiles de la biosfera "
Nací en la ciudad de México el 19 de marzo de 1943. Mis padres fueron Roberto Molina Pasquel y Leonor Henríquez de Molina. Mi padre fue un abogado; tenía un despacho particular, pero también era maestro en la Universidad NacionalAutónoma de México (UNAM). En sus últimos años representó a México como embajador en Etiopía, Australia y Filipinas.
Entrevista
La Jornada 12 de octubre de 1995
``Ojalá que mi premio estimule la investigación en México''
Arturo García Hernández ¤ Mario Molina, primer mexicano que obtiene el premio Nobel de Química, hace un recordatorio necesario: ``El problema de la investigación científica en México es de recursos y de educación''.
Desde su casa en Massachusetts, concede una entrevista por teléfono a La Jornada. Allá son poco más de la diez de la noche. Ha sido uno de los días más intensos de su vida. A pesar del cúmulo extenuante de actividades y emociones generadas por el premio, su voz es cordial y pausada.
El investigador, que tiene más de 20 años de radicar en Estados Unidos, no se considera ejemplo de quien no es profeta en su tierra. ``El haber salido de México simplemente lo veo como resultado del modo como funciona la comunidad científica mundial. Aquí hay un gran intercambio de estudiantes y, claro, muchos regresan a sus países, pero Estados Unidos brinda la posibilidad real para desarrollar científicos de primera categoría (...) Yo espero que en México se genere un ambiente que sea atractivo para trabajar, pero esto involucra dedicar recursos a la ciencia. El problema es de recursos y de educación; en México hay que educar a una gran cantidad de estudiantes y es difícil aislarse para hacer una investigación de alta categoría''.
No obstante, Molina enfatiza: ``Estoy orgulloso de haber estudiado en México, en la Universidad (...) Tengo la nacionalidad americana para poder trabajar en laboratorios federales de Estados Unidos, para obtener recursos, y pertenezco a un grupo de asesores de la Presidencia de Estados Unidos, para lo cual es indispensable tener la ciudadanía americana. Pero en mi trabajo abordo problemas que no tienen fronteras, que son de interés mundial. La ciencia es un gran medio de unificación para los pueblos del mundo, así que para mí es motivo de orgullo ser mexicano; pero vivir y trabajar en Estados Unidos es lo que requiere mi participación en la sociedad''.
Molina expresa su deseo y su esperanza de que el premio que comparte con Frank Sherwood Rowland y Paul Crutzen ``estimule la investigación científica en México y muestre que los científicos mexicanos están a la altura para participar de manera activa en la comunidad internacional y que son capaces de alcanzar un reconocimiento como el que hay en la obtención del premio Nobel''.
El galardón también es importante para la comunidad científica en general ``porque demuestra que no sólo podemos descubrir que hay problemas globales, sino que puede haber soluciones como es el acuerdo para limitar el uso de agentes contaminantes. Ahí pudimos ver un beneficio concreto para la humanidad''.
En 1974, cuando Mario Molina tenía 31 años de edad, él y su maestro, Frank Rowland, dieron a conocer estudios que demostraban que la capa de ozono que protege a la Tierra de las radiaciones ultravioletas estaba siendo afectada por los clorofluorocarbonos contenidos en diversos artículos de uso doméstico. Después de una larga polémica científica y comercial, en 1987 hubo un acuerdo internacional para restringir el uso de esos agentes contaminantes. Molina se muestra satisfecho de que ello haya sido resultado de una investigación científica: ``Logramos que la situación no empeore. Claro, no vamos a ver mejoras inmediatas pero sí en una o dos décadas, a condición de que se sigan cumpliendo las medidas establecidas en el Protocolo de Montreal. Va a ser una cosa lenta, pero por fortuna la gente se puede proteger (...) Tenemos que seguir trabajando duro para que efectivamente se incrementen las medidas y se eliminen esos gases que afectan a la capa de ozono''.
El químico recuerda que la industria no aceptaba su hipótesis; ``la polémica fue muy fuerte y no sólo desde el punto de vista científico sino del industrial. Por fortuna el aspecto científico de la investigación finalmente fue suficientemente claro para convencer a la industria. Cuando tomaron la decisión de cooperar, fue mucho más sencillo crear fórmulas para eliminar los compuestos dañinos. Esto vino a demostrar que es más fácil colaborar que pelear con la industria (...) Además, si todas las industrias del ramo son afectadas de igual manera, sufren las mismas consecuencias y nadie saca ventaja de la situación''.
Al recordar aquellos momentos críticos, Molina afirma que no llegó a dudar de su hipótesis, pero tenía claro que, puesto que la atmósfera es un sistema muy complicado, ``era posible que nuestra teoría estuviera equivocada; pero esa es una de las virtudes del método científico, hacer hipótesis: nosotros continuamente estábamos postulando detalles que se pueden corroborar o refutar. Con el descubrimiento del agujero en la capa de ozono nuestra hipótesis quedó comprobada''.
Actualmente, el investigador de 52 años de edad sigue trabajando en problemas de química de la estratosfera y estudia las reacciones que ocurren en las partes de la atmósfera en que hace más frío. ``A temperaturas muy bajas, de menos 40 o menos 60 grados centígrados, el agua se condesa y forma nubes congeladas de ligeros cristales de hielo que promueven una química especial que acelera la destrucción del ozono. Estamos viendo los mecanismos de esta destrucción a nivel molecular, en parte como trabajo académico y en parte para aplicar soluciones''.
El científico señala que también se encuentra haciendo investigaciones sobre cómo funcionan a nivel terrestre las emisiones que se hacen a la atmósfera en condiciones parecidas a las que se presentan en la ciudad de México, aunque no de tal magnitud. En este punto Molina externa preocupación porque ``en la medida en que se desarrollen las economías y aumente la población, van aumentar las emisiones que se hacen a la atmósfera''. Sin embargo, ``soy optimista, sobre todo por el ejemplo del problema de la capa de ozono, del cual no sólo vimos su origen sino que contribuimos a su solución. Si la sociedad se pone de acuerdo, puede atacar este tipo de problemas''.

1982 Alfonso Garcia Robles Nobel de la paz!.
lfonso Garciá Robles, nació en Zamora México en 1911. Después de estudiar leyes se incorporó el servicio foraneo de su país a 1939. A partir de 1962 a 1964 ocupo el puesto de embajador en Brasil, a partir de 1964 a 1970 era secretaria de estado en el ministerio de asuntos no nativos. A partir de 1971 a 1975 él era representante permanente de México en las Naciones Unidas ; en 1975-76 él era Ministro de Asuntos Exteriores, y desde 1977 ha sido el representante permanente de México en el comité sobre el desarme que tiene sus jefaturas en Ginebra.
Alfonso García Robles murió en 1991.
El Premio Nobel de la Paz, Alfonso García Robles, expuso que nunca antes se ha visto la humanidad enfrentada, como hoy al peligro real de la extinción provocada por ella misma. De ahí que la disyuntiva sea que el mundo acabe con las armas o éstas acaben con el mundo.
Gaceta UNAM(1984)
Entrevista
El premio Nobel de la Paz, Alfonso García Robles, expuso que nunca antes se ha visto la humanidad enfrentada, como hoy, al peligro real de la extinción provocada por ella misma. De ahí que la disyuntiva sea que el mundo acabe con las armas nucleares o éstas acaben con el mundo. Durante una conferencia dictada en el Auditorio El Generalito, el embajador García Robles dijo que, para vencer la renuencia de las potencias nucleares a cesar la carrera armamentista, será necesario recurrir a la movilización de la opinión pública mundial, tal como lo propuso la Asamblea General Extraordinaria de 1978 de la ONU. Manifestó su confianza en que todos los gobiernos poseedores de armas nucleares se convenzan de la necesidad de cumplir sus compromisos, contraídos en organismos internacionales y jurídicamente obligatorios, para la adopción de medidas que tornen en realidad el desarme nuclear. Es absurdo pretender la seguridad nacional aumentando la inseguridad internacional, señaló, al tiempo que indicó que los artesanales nucleares acumulados bastan y sobran para producir no una, si no muchas veces, la muerte total del planeta, por lenta o instantánea desintegración. Las armas nucleares, para el Premio Nobel de la Paz 1982, no tiene objeto militar alguno, ya que sólo un loco podría pensar en su utilización, que implicaría el suicidio universal. Por ello, añadió, resulta impostergable dar los pasos necesarios para la adopción sin demora de medidas eficaces relativas a la cesación de la carrera de armamentos nucleares. Posteriormente explicó que la bomba atómica que arrasó con Hiroshima tuvo una potencia de 13 Kilotones, equivalentes a 13 mil toneladas de dinamita; actualmente, los arsenales de las potencias nucleares cuentan con numerosas bombas nucleares de 20 megatones, que equivalen a 20 millones de toneladas de dinamita, y alrededor de 1500 bombas del tipo de la que destruyó Hiroshima. El total de ojivas nucleares existentes se calcula en alrededor de 50 mil, con una potencia explosiva superior a 1millón de bombas atómicas, lo que significa un poder destructor de 4 toneladas de dinamita para cada habitante de la Tierra. "Los arsenales acumulados podrían aniquilar a unos 240 mil millones de seres humanos, es decir, un número 60 veces mayor que la población total del planeta", consideró el embajador Alfonso García Robles. Por otra parte, expresó que el ritmo de la innovación armamentista ha dejado muy atrás el proceso de negociación; "así, los acuerdos de un sistema de armas nucleares, caen en desuso apenas concertados, debido al surgimiento de un nuevo sistema". Para el inicio de una conflagración mundial, aseveró, no se requiere necesariamente una decisión meditada del jefe de Estado responsable, sino que es preciso tomar en cuenta las fallas inevitables de las computadoras y las falsas alarmas, que de ello se derivan. Al respecto, citó un informe del Comité de los Servicios Armados del Senado de los Estados Unidos, que expone el hecho de que sólo en 18 meses se registraron 147 falsas alarmas nucleares, mucho más graves, que habían mandado órdenes a las tripulaciones de los bomberos B-52 y a las unidades que tienen a su cargo los proyectiles balísticos intercontinentales. La política de disuasión, o de aquilibrio del terror, señaló el embajador Alfonso García Robles, resulta inaceptable para la inmensa mayoría de los pueblos del mundo. "Tarde o temprano una falla técnica puede provocar un accidente de consecuencias imprevisibles; por eso no es posible ofrecer una garantía general de que el equilibrio se mantendrá eternamente, y nadie debería hacer declaraciones tranquilizantes sobre esa base.
Gaceta UNAM 16 de enero de 1984.

Premio Nobel de Literaturoa 1990 Octavio Paz
Octavio Paz nació en 1914 en la Ciudad de México.
Gracias a la extensa biblioteca de su abuelo, Paz tuvo un contacto temprano con la literatura. Su padre, al igual que su abuelo, era también un periodista político activo, quien, junto con otros intelectuales progresistas, se unió a la sublevación agraria dirigida por Emiliano Zapata.
Octavio Paz Q.P.D. 1914-1998.
Toda la gama de reconocimientos para Paz tuvo su cierre magistral con el otorgamiento del Nobel de Literatura 1990, el primero en este rubro para un escritor mexicano.
Al enterarse de tal designación, dijo a quien esto escribe, en Nueva York; "El Nobel no es un pasaporte a la inmortalidad. La relativa inmortalidad de las obras literarias y artísticas la da la calidad".
(La Jornada )
Entrevista
Octavio Paz
Brindis
Seré breve, sin embargo, como el tiempo es elástico, ustedes tendrán que oírme durante ciento ochenta largos segundos.
Vivimos no sólo el fin de un siglo, sino de un periodo histórico. ¿Qué nacerá del derrumbe de las ideologías?
¿Amanece una era de concordia universal y de libertad para todos o regresarán las idolatrías tribales y los fanatismos religiosos, con su cauda de discordias y tiranías? Las poderosas democracias que han conquistado la abundancia en la libertad ¿serán menos egoístas y más comprensivas con las naciones desposeídas? ¿Aprenderán éstas a desconfiar de los doctrinarios violentos que las han llevado al fracaso? En esa parte del mundo que es la mía, América Latina y especialmente México, mi patria: ¿alcanzaremos al fin la verdadera modernidad, que no es únicamente democracia política, prosperidad económica y justicia social, sino reconciliación con nuestra tradición y con nosotros mismos?
Imposible saberlo. El pasado reciente nos enseña que nadie tiene las llaves de la historia. El siglo se cierra con muchas interrogaciones. Algo sabemos, sin embargo; la vida en nuestro planeta corre graves riesgos. Nuestro irreflexivo culto al progreso y los avances mismos de nuestrsa lucha por dominar a la naturaleza se han convertido en una carrera suicida. En el momento en que comenzamos a descifrar los secretos de las galaxias y las partículas atómicas, los enigmas de la biología molecular y los del origen de la vida, hemos herido en su centro a la naturaleza. Por esto, cualesqueira que sean las formas de organización política y social que adopten las naciones, la cuestión más inmediata y apremiante es la supervivencia del medio natural. Defender a la naturaleza es defender a los hombres.
Al finalizar el siglo, hemos descubierto que somos parte de un inmenso sistema -o conjunto de sistemas- que va de las plantas y los animales a las células, las moléculas, los átomos y las estrellas. Somos un eslabón de "la cadena del ser'', como llamaban los antiguos filósofos al universo. Uno de los gestos más antiguos del hombre -un gesto que desde el comienzo, repetimos diariamente- es alzar la cabeza y contemplar, con asombro, el cielo estrellado. Casi siempre esa contemplación termina con un sentimiento de fraternidad con el universo. Hace años, una noche en el campo mientras contemplaba un cielo puro y rico de estrellas, oí entre las hierbas oscuras el son metálico de los élitros de un grillo. Había una extraña correspondencia entre la palpitación nocturna del firmamento y la musiquilla del insecto. Escribí estas líneas:
Es grande el cielo
y arriba siembran mundos.
Imperturbable,
prosigue en tanta noche
el grillo berbiquí.
Estrellas, colinas, nubes, árboles, pájaros, grillos, hombres: cada uno en su mundo, cada uno un mundo -y no obstante todos esos mundos se corresponden. Sólo si renace entre nosotros el sentimiento de hermandad con la naturaleza, podremos defender a la vida. No es imposible: fraternidad es una palabra que pertence por igual a la tradición liberal y a la socialista, a la científica y a la religiosa.
Alzo mi copa -otro antiguo gesto de fraternidad- y brindo por la salud, la ventura y la prosperidad de Sus Majestades y del noble, gran y pacífico pueblo sueco.
* Palabras pronunciadas el 10 de diciembre de 1990, el día que recibió el Nobel.
La Jornada lunes 20 de abril de 1998
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